domingo, 27 de mayo de 2012

De la Guía para Sobrevivir a las Campañas Electorales





¿La razón por la que escribo esto? Creo que primero es para redimirme. Hace mucho que no escribía, y como esto es como el ejercicio, que si no lo practicas te oxidas y te vuelves malo –no porque ya haya sido bueno-, pues me he decidido por éste tema.

Si. Estamos en épocas ríspidas, cuatro individuos están compitiendo por el honor (aunque ustedes no, yo si lo considero un honor) de ser Presidente de la República Mexicana, Jefe de Estado de los Estados Unidos Mexicanos, y la verdad, a un mes de las elecciones, no hay un candidato que demuestre, con palabras y actos, que sea el mejor.

Lamentablemente, en esto de la democracia mexicana, parece que estamos destinados a esperar al “menos peor”. Y es que, en lo personal, de los cuatro, sólo dos están realmente compitiendo para ganar, uno es un tabasqueño de larga historia en la política mexicana, y el otro un mexiquense que al parecer, tiene más historia de la que parecía al principio de la contienda.

¿Analizar, paso a paso, parte por parte, la historia, vida y obras de los cuatro? No. Cada uno busca la información según sus intereses. Nuestra búsqueda será siempre tendenciosa, no importa que tan “imparciales” u “objetivos” se hagan llamar. Eso es un hecho que no cambiará y que todos debemos ya tener como base para partir antes de escribir sobre las elecciones.

AMLO, EPN y JVM son términos que vemos hasta en la sopa, radio, televisión, prensa escrita, espectaculares, volantes, manifestaciones, marchas, carteles… Se nos ha inundado de información y desinformación al respecto. ¿Cuál es la verdad? La que dicten los medios… ¿Quién ganará? El que reciba más votos o el que sea mas bueno para hacer la tranza. Así de sencillo.

No mis niños. Mi voto está prácticamente decidido, es secreto, es libre y ultimadamente les ha de importar tanto por quien voy a votar, como el método anticonceptivo que usa (o usaba) la Reina Isabel. El asunto es explicarles que hacer en casos de emergencia que sólo se dan en ésta época.


1.- Discusiones de Política Políticamente Incorrectas: Se vale expresar lo que uno piensa, se vale decir a los cuatro vientos la preferencia política, se vale decir que su candidato es el mejor por las razones que quieran y toda la cosa. Más aún, considero un ejercicio sano, confrontar las ideas que parecen contrarias porque, al final, el producto será más completo.

El problema es cuando se apasionan y empiezan a pendejear a los demás, cuando generalizan y arremeten contra un partido por el actuar de unos cuantos, o cuando ya se meten con las mamases (moría por poner esta palabra en un escrito) de los que se postulan. Yo los llamo Ácaros Sociales. Parecen invisibles solos, pero ya cuando se juntan son una plaga asquerosa y vil a la sociedad (que para la metáfora llamaré colchón). Son reaccionarios a su manera y sólo apoyan a su candidato, ya en realidad, por su físico o porque ven a un Mesías bíblico, y como tal utópico y efímero… ¿Qué hacer? Primero mantenerse sereno, el Ácaro es especialista en enfadar y hacer perder los estribos. Después, intentar por todos los medios desviar la conversación a cosas más agradables. Son tozudos, tercos como la mismísima chingada (citando a Polo Polo

Difícilmente habrá punto de convergencia así. Es mejor desviar la mirada y aparentar rendición. Sólo conversen con quienes estén dispuestos a escuchar las razones de ustedes para apoyar a tal o cual. No caben en una discusión sana quienes dicen “naco”, “gato”, “campesino” o adjetivos que ellos consideren denigrantes para tan sublime efecto. Aléjense de esos y eviten platicar con ellos. Apliquen el insecticida de su indiferencia pues. No lo olviden: Se queman juntándose con gente así.


2.- Conformismo Vil: El polo opuesto al punto anterior. Los que dicen que no van a votar porque son todos unos corruptos, los que, en una pose de intelectualoides, dicen que es super malote rebelarse al que ellos llaman “sistema impuesto” y creen que desestabilizan al sistema al no votar. Los que dicen “Que hueva me da la política” o “¡Ash!, ya van a empezar a hablar de polít…zzz”.

Esos que creen que al decir que todos apestan, ya son más inteligentes que los seres inferiores que expresan su opinión… ¿Qué hacer? Fácil: Primero, en forma pausada y tranquila, exprésenle que la idea de “democracia representativa” es la participación de todos los ciudadanos, que el voto es un derecho ciudadano que ha costado una lucha históricamente larga, llena de sangre, muerte y desolación, que la credencial de elector no es sólo para que los cadeneros, al ver sus caras de escuincles pubertos, los dejen pasar al antro, y que no votar es como dejar en los demás su destino como mexicanos. ¿Qué no entienden y siguen en la misma?, aún más fácil: ¿Por qué se siguen juntando con esa gente?


3.- Compra de Voto: El proceso es simple. Prácticamente todo se maneja con dinero en política, sobre todo en la mexicana. Hay quienes, con tal de no perder, o con tal de ganar “arrasadoramente”, compran (ilegalmente) el voto de aquellos que, por necesidad o avaricia, buscan dinero. El precio varia, va de los 500 a los 2,000 pesos, depende de lo que mal que vaya el o la, candidato o candidata.

Pero no son tan ilusos de confiar en la palabra de los mortales que venden su voto. Les dan una cámara, para que le tomen foto a la boleta ya tachada, y pagan ya que ven la misma. ¿Qué hacer? Primero busquen a estos corruptazos, esperen a la tarde, que es cuando empiezan a hacer negocios estos individuos. Se les acercarán y les ofrecerán un trato cual Mefistófeles. Ustedes pongan cara de inocentes (habrá quienes ya la tienen incluida de nacimiento, y he dicho inocentes pero se me ocurre otra palabra más apropiada) y acepten tímidamente el trato.

Si. Ésta es mas complicada, pero con sangre fría el asunto sale. Busquen un acetato, recórtenlo del tamaño aproximado a donde tienen que votar, (calculo yo unos cinco por cinco centímetros) para pintar una enorme “X” en negro, después, pónganlo encima de donde les pidieron votar y tomen la foto (cuidado con el brillo del acetato). Después, hagan uso de su derecho y voten por quien les de su regalada gana.

Entreguen la fotografía, cobren, y después, ríanse hasta que lleguen a su casa (no vaya a ser la de malas, dijera mi abuela). Al final el dinero probablemente es del erario público, así que considérenlo un reembolso de los impuestos que ustedes, o sus padres, con mucho esfuerzo han pagado.

Nota: Ésta fue totalmente inspirada y basada en el movimiento de Paco Serrano y sus alumnos de Tijuana para promover el voto. Para que no digan que plagio y demás mamarrachadas que luego se les ocurren a los críticos de los que escribimos



4.- Campaña “Casa por Casa”: A lo largo de la vida uno aprende a tolerar a todos los que lo rodean, por mucho que merezcan ser agarrados inmisericordemente a zapes. La tolerancia religiosa es la que menos se me da, y aún así, respetuosamente les digo a los llamados Testigos de Jehová, cristianos y demás religiones (o lo que sea que sean), que de favor se retiren de mi hogar, dado que no estoy ni remotamente interesado en leer la Biblia a las siete pinches de la mañana del domingo, mi único día de descanso.



¿Por qué digo esto? Porque a últimas fechas se ha puesto de moda con los nuevos candidatos a cargo de representación popular, que vayan casa por casa, a decir las propuestas que tienen para su colonia. Cuando lo hacen en horarios plausibles (de diez de la mañana a cinco de la tarde), es una muy buena forma de conocer a quien me representará y más que se interese en visitarme a mi casa, cuando no, sinceramente se me ocurren algunas palabras innombrables aquí por respeto a mi queridísimo público conocedor.

¿Qué hacer? Hay de dos sopas, si el candidato es su gallo o son tolerantes y desean escucharlos aunque no lo sean, acepten cordialmente, hagan sus preguntas concisas basadas en lo que de verdad les interese y no hagan el ridículo queriéndolo alabar como si así les vayan a dar una regiduría (aunque pensándolo bien ya hoy en día a cualquier pendejo se la dan)

Si no, siempre está la diplomacia, y con un “Perdone usted pero tengo la estufa prendida, ¿no tiene un tríptico o algo para leerlo después?” basta y sobra. Hasta para eso hay que ser maduros.

En efecto. Me he extendido un poco, pero al final, quiero pensar que valió la pena. ¿Quieren un consejo? Difundan esta información. A alguien le puede servir. Recuerden: Información es Poder.