martes, 2 de marzo de 2010

De una Época Intensa


(Imagen tomada camino a Iguala)

Soy una persona muy curiosa... en ambos sentidos

Me encanta siempre estar al tanto de lo que me interesa, por lo cual se puede decir que leer mas de un periódico al día es una costumbre que tengo desde que inicié la carrera. Quiero decir que mi pobreza es extrema y no tengo para andar invirtiendo 30 pesos diarios para seguir con esta manía, así que evidentemente los leo vía internet dado que el pensar que por mi costumbre puedo chingarme yo solo la selva lacandona me parece aterrador.

Por otro lado, también soy el clásico personaje que, de no haber nacido, me creaba Walt Disney (aunque hay quienes creen que podría ser una creación mutante de los creadores -pleonasmo intencional- de Family Guy, los Simpson, South Park y el mismo Walt)

El punto es que, precisamente por lo arriba mencionado, les voy a contar una anécdota:

Era el sábado 27 de febrero cuando me levanté (levantaron) a las 8 a apurarme con mi tarea (que si era un chingo)

Abri mi correo, cuando lei una nota en el Universal que me dejo con la misma cara que pusieron las niñas de mi generación de prepa cuando les dije que Britney no era virgen...

Un terremoto de escala Richter de 8.8 había devastado gran parte del sur de Chile, siendo el epicentro a 100 kilómetros de Concepción, una ciudad del país arriba mencionado.

Normalmente la noticia no hubiera pasado a mayores... de no ser porque una amiga, Stephanie Albiter, se acababa de ir de intercambio a estudiar por esos lados... precisamente a la ciudad esa.

Inmediatamente me puse, vía internet, y específicamente vía páginas de redes sociales, a preguntar por el paradero de mi queridísima Steph. Tardé aproximadamente en enterarme que Concepción había quedado devastada, que no tenían luz ni agua... pero que mi amiga estaba bien.

Pasado el susto, entre y revisé mi correo... para enterarme que habían asaltado a un amigo mío...

Y cuando creí que ya había sido suficiente por un fin de semana, me entero al dia siguiente que murió Ana María Zapata Portillo, la última hija viva de mi General Emiliano Zapata... el cual aprendí a respetar intensamente gracias a mi abuelo fallecido...

Y es que no habría escrito nada, de no ser porque me acaban de decir que mi abuelita, Doña Ramona Sandoval, se fracturó el fémur izquierdo en un accidente...

Que quede esto como testimonio de que soy humano, y también conozco la tristeza... y que quede también como un deseo enorme de que todo, todo mejore... ¡ÁNIMO ABUE! ¡ÁNIMO STEPH! ¡ÁNIMO CHILE!

Ab Imo Pectore...