domingo, 9 de mayo de 2010

De... Madres!




(Dedicado a la matriarca Salgado Sandoval... donde quiera que estés abue...)


Hace poco escribí sobre el machismo (lo publicaré tan pronto lo corrija como debe de ser), precisamente porque es un fenómeno burdo y fácil de analizar (por donde quieran)

Ahora bien, había pensado en que escribir después, y el tema llegó después de un muy gentil saludo de un viejo conocido en la calle (de esos inadaptados que creen que mi secundaria se fue en molestarlos exclusivamente a ellos), que incluía un par de groserías y algunas referencias a la madre… el tema en esta ocasión.

No desglosaré lo que significa para el mexicano la madre, en todo caso los remitiría al capítulo cuarto de “Laberintos de la Soledad” del ahora finado Octavio Paz, en el que nos explica todo un proceso cultural alrededor de la madre, y de paso da un rebuscado análisis a la historia de México en el que incluye personajes como la Malinche y la cuestión de la violación cultural.

¿Por qué no desglosarlo? Porque le quitaría diversión al lector, además de que los predispondría a tomar cierto criterio… mejor léanlo ustedes.

No. En esta ocasión quiero hablar de las madres como tal. Esos seres del sexo femenino que los trajeron al mundo, y que en mi muy particular punto de vista tienen un aura de heroínas en las sociedades, tanto humanas como no humanas.

De entrada, y haciendo un poquito de historia, el sistema de gobierno (el primero) fue matriarcal, porque se consideraba realmente un logro el dilatar una parte del cuerpo a tal grado de poder dar a luz. Que después el hombre se haya hecho del poder (al menos en apariencia) ya es otra historia.

Ahora bien. Una familia puede estar sin padre, pero una sin madre simplemente está condenada al fracaso. La mujer es el único ser que es capaz de mantener unida al llamado “núcleo de la sociedad”. Creo que se debe a la sensibilidad para entender el entorno familiar y su muy peculiar modo de manipular a cada miembro de la familia. Una manipulación sensible y a veces imperceptible. Me consta.

Las madres tienen un poder indescriptible. Pueden hacer pasar del enojo ciego a la admiración eterna con un par de frases. Son siempre las que se preocupan por uno en las malas y en las peores. Polifacéticas, siempre atentas a lo que nos sucede y sobre todo muy hábiles para entender los problemas que la mayoría tenemos, sin importar edad, sexo o el grado del problema en sí.

Hay un día para ellas. El 10 de mayo en el que la mayoría gasta lo que necesita un niño de Somalia para vivir un mes en parafernalia al por mayor. En lo personal estoy en contra de esto.

Si alguien quiere demostrarle a la madre cuanto la quieren, simplemente denle el reconocimiento diario. Las flores, chocolates y demás cosas no ayudan en los momentos en los que su mamá les pide algo y se encabronan, en el que les piden un favor y ustedes se hacen pendejos, tampoco ayuda cuando les vale madre y hacen lo contrario a lo que se les enseñó. La festejada debería ser diaria. Digo que el mejor regalo es no hacer pendejadas y respetar a la que los trajo

A modo de final... ¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!… (Porque tampoco soy un grinch al respecto)…

PD: Por cierto: Mi madre me acaba de regañar porque no recogí mi plato de la cena… Ironías de la vida… ¿no?